LRM / Locus participará este miércoles en el debate La performance y lo performático junto a los artistas Juan Yuste, Patricia Landabaso, José A. Vallejo, Óscar Pastor y moderado por Nuria García. Este evento está organizado por VeoArte y se enmarca dentro de la Semana Grande de Lanau Espacio Creativo.
El evento podrá seguirse por streaming desde Periscope
También podrá seguirse con el hashtag #arteyuncafe en Twitter
La performance y lo performático
Miércoles 9 de diciembre, 19:00 h
Lanau Espacio Creativo
Este es el texto que aportamos sobre el tema.
Este es el texto que aportamos sobre el tema.
Una salida hacia adelante
Por David Aladro-Vico y Berta Delgado – LRM Performance-Locus
Performance, performativo, performancístico, performática, performancear... ¿LA performance? ¿EL performance? ¿es un...o una...performance? Performance, según el diccionario de Oxford significa "Interpretación" o "Ejecución", "Llevar a cabo una acción". Para algunos, a veces, simplemente "Acción". En el contexto artístico, "Performance art" según Oxford es: "An art form that combines visual art with dramatic performance" Dramático, a su vez se puede referir al arte dramático, lo que se conoce coloquialmente como Teatro.
En ese caso se trataría de una combinación de elementos preexistentes. Pero sus adeptos definen como una forma de arte de creación actual, incluso del futuro, pues rompe radicalmente con el pasado, así que no me queda claro si hay ejemplos del XIX o anteriores. Quizá se basan en una percepción concreta de la historia o del tiempo, como lo son todas.
Sí, es verdad que en muchos casos esta forma de arte me parece dramática – en todas sus acepciones– incluso trágica, seria como la neumonía, o patética o hasta peripatética y melodramática. En ese caso, performance sí podría tener alguna relación con el siglo XIX, el romanticismo y como decía C. J. Cela, su "falta de higiene mental".
Pero ahí Wikipedia, taxonomista superstar, me avisa de la ambigüedad del término Performance, y zanja la cuestión: Not to be confused with Performing arts.
También dice Oxford: "an art form in which an artist gives a performance, rather than producing a physical work of art" – un artista ejecuta una acción, antes que producir una obra de arte "física". Según esta definición, una acción no pertenece al mundo físico, sino a otro que no es explicado, lo mental o lo etéreo, a veces llamado conceptual. Pero yo no comparto esas divisiones dualistas entre un mundo físico y otro mental, conceptual o etéreo.
Y me sigue sin estar claro qué es performance, pero los esfuerzos taxonomistas por tener clara y cerrada su definición son cada vez más abundantes y perseverantes. Respaldan y vigilan esa labor taxonómica mediante etimología, historiografía, sociología... todo esfuerzo es bienvenido en la incansable labor taxonómica del hombre occidental. Porque es importante investir a tu término de poderes sobrenaturales, eternos e indiscutibles, como son la Historia con mayúsculas o el consenso social. There's safety in numbers, sean años, lugares o personas.
Me parece que la taxonomía es a la creatividad lo que la taxidermia a los seres vivos. Con razón decía un profesor mío que los diccionarios son cementerios de metáforas. El arte y la metáfora suelen tener cosas en común: su significado no es literal, por lo que no puede ser definido sin su contexto; un objeto o acción se convierte temporalmente en símbolo o representación de otro objeto o acción. Es importante esto de temporal y contextualmente; en el momento en que el significado se cierra, deja de ser temporal y contextual, deja de ser una metáfora para ser una definición.
Pero yo quiero ir más allá, creo que la función del arte NO es transmitir significado. Para eso ya está el lenguaje, que hace lo que puede. Y además, creo que el arte no debe ser interpretado, porque perderá su efecto y razón de ser, como decía Susan Sontag. Que la metáfora no debe ser explicada porque acabará descansando en paz en un diccionario, o en Wikipedia.
Los taxonomistas, cuya labor es evitar que se cuestionen las cosas, se empiezan a poner verdaderamente nerviosos con esto. Su trabajo es fijar aquello que es temporal, y darle armas, defenderlo – y así se encuentran entregados a la definición, (etimológicamente, poner un fin) la codificación, clasificación, organización, disposición, catalogación, sistematización, y todos sus sinónimos y sus relaciones (incluyendo comisariado, por supuesto). Y como dije antes, a su vigilancia: están y siempre han estado dispuestos a perseverar. De hecho, recuerdo haber leído en alguna parte, "La política postmoderna es una contienda por la percepción y sus reglas". Creo que esa guerra surgió mucho antes de la postmodernidad, aunque quizá se ha acentuado desde el siglo XX.
La poderosa Historia está pues repleta de ejemplos de cánones establecidos, reforzados, desafiados y derribados y vueltos a recuperar y vueltos a derribar. Hay todo un entorno profesional, una industria tanto alrededor de los que hablan sobre ellos como de los que elaboran arte del que derivar los cánones.
Son mundos muy competitivos. Tienen la idea de que sólo puede quedar uno y deben cortarse la cabeza unos a otros. De hecho, la labor taxonómica resultante suele reflejarlo: tienen tendencia a unificar lo plural y pluralizar lo único, para poder acotar bien sus definiciones. En un acto de reduccionismo radical de la realidad, escogen a un artista (de performance, ya que estamos) y hacen que sea el ejemplo único, y el canon extraído de ese ejemplo se impone a todos los demás, artistas o pensadores, excluyendo los que no encajen. Mediante la Katana, si hace falta.
Me parece algo obvio, pero muy a menudo es necesario recordar la diferencia entre copiar y crear. Toda labor creativa (sea en arte, ciencia o cualquier actividad) pasa obligatoriamente por cuestionar en alguna medida los cánones, estéticos o perceptivos en general. Ser taxonómico no es el objetivo, ni integrarse en una visión concreta de la actividad artística, más bien al revés, así que disculpen si hay gente creativa también dispuesta a perseverar.
Bueno, pero por encima esas pugnas recordemos que tanto al tratar con arte o crearlo (o cualquier otra actividad) no es aceptable entrar en el terreno de la psicopatía – entiéndase el término como la falta de capacidad de empatía o remordimientos, sociopatía, o indiferencia o desprecio por los demás. Esta característica psicológica es habitual en ambientes profesionales muy competitivos como por ejemplo la política, Wall Street o el ambiente de los de artistas y comisarios famosos. Con Katana o sin ella.
Hace tiempo me fijé en un texto de Alan Kaprow, How to make a Happening de 1966. (Por cierto que "Happening" "Intermedia" y otras eran palabras relacionadas con performance, pero que la taxonomía ha domesticado) En el texto, Kaprow define su cánon estético exponiendo once puntos. Como todos los cánones, define lo que se debe hacer como de lo que no se debe, explícitamente o no.
Creo que contiene muchos criterios observables en el tratamiento por parte de la prensa e instituciones profesionales del arte actuales sobre performance.
Definir una posición artística no es habitual ni tiene por qué serlo en un artista; puede trabajar sin explicar su método ni principios –este sector se dedica a la manufactura, y explicar o definir es más labor obligada del otro sector. Pero piense en la libertad que esto da para elaborar explicaciones adecuadas al objetivo del taxonomista, que no tiene porqué ser el mismo que el del artista. Aunque a menudo el artista acaba haciendo de todo, elaboración, marketing y hasta merchandising .
Ya han pasado casi cincuenta años desde aquel texto, y más aun de lo que se considera el orígen del performance art. Así pues, puedo considerar que sus ideas han pasado sobradamente por el filtro taxonómico, y están ya bien definidas y listas para descansar en paz en Wikipedia o en más ilustres panteones.
Nuestro trabajo como colectivo artístico se desarrolla en el mundo de la manufactura, no de la taxonomía, pero como decía, dado que la situación lo requiere, hemos elaborado un texto similar al de Kaprow. Entiéndase bien que no tenemos ningún problema con la obra de Kaprow ni de ninguno de sus contemporáneos, podemos disfrutar de ella y de la de muchos otros artistas que responden a sus principios, sin que eso suponga que los compartamos ni que queramos eliminarlos. Así pues, con todo respeto, simplemente para continuar aportando a la tradición de romper con la tradición, hemos observado que bastaba con revertir los principios expresados por Kaprow para generar unos más acordes con nuestra época y forma de pensar.
De esta manera, estos serían nuestros principios:
1) Happening, o performance y similares ya son formas estándar. Así pues, puedo olvidarme de ellas, o mejor, olvidarme de la propuesta de olvidar las formas estándar, como ya son las de Kaprow y otros artistas de performance. (En realidad, ésa ya era una idea de la postmodernidad de hace más de veinticinco años).
2) Separa bien lo que es arte de lo que es vida real, pues mezclar arte y vida real para "salir del arte", que la barrera entre arte o vida real sea difusa ya es parte habitual del mundo del arte.
3) Utiliza tu imaginación para crear. No te distraigas con el exterior. Si te atienes demasiado a lo real y usas situaciones reales o readymade, volverás al arte preexistente. No utilices la realidad. Elabora. Rechaza lo arbitrario.
4) Utiliza un espacio concreto, bien definido y determinado. Rechaza usar cualquier espacio, especialmente los públicos o improvisados, y los muy grandes. No sirve cualquier lugar ni de cualquier tamaño, eso ya se ha hecho antes.
5) Rechaza el tiempo real. Puedes y debes manipular el tiempo, porque no pertenece a la realidad. Coordina lo que haces. Controla el tiempo, sácalo de la realidad. Ajusta la acción a tu tiempo controlando ambos. Dejar la duración al azar o a la conveniencia de la acción realizada ya se ha hecho antes.
6) Dispón los eventos de tu obra de la misma manera, coordina y controla el contenido. Adapta las cosas a lo que quieres, no al revés. Planifica, aunque cierta escolástica de composición de performance te diga que es mejor no hacerlo – el elemento sorpresa sólo vendrá cuando las cosas estén bajo control.
7) Como estás haciendo un trabajo y no cualquier cosa, tú creas las reglas. No dejes que el entorno decida lo que puedes o no puedes hacer. El entorno es precisamente lo que tú has de crear, y no dejar ese trabajo a la realidad.
8) No trabajes para los poderes que tienes alrededor, no te harán las cosas más fáciles. No esperes su aprobación, pues no es simplemente hacer cosas lo que buscas. No seas oportunista ni advenedizo, ni creas que eso te llevará al fin del mundo.
9) Practica y haz pruebas y ensayos, repite. No repetir ya se ha hecho, y te hace creer que no hay nada que mejorar. Busca estudiar y practicar, es la única manera de ser natural. No existen trucos ni atajos, hay que trabajar las cosas para que parezcan naturales, hechas sin esfuerzo.
10) Presenta varias veces tu obra, serializa. No repetirla la hace vulgar, irrelevante, o presuntuosa y frívola, como es la performance que ya se ha hecho. No repetir te hace creer que es perfecta y que eres un genio. Tu misión es repetir precisamente aquello que parece imposible que se vuelva a dar.
11) No tengas problema en que lo que haces sea un espectáculo para un público. Una performance ES un espectáculo, en contra de lo que los libros te dicen, no hay diferencia entre performance y el teatro o concierto: lo que buscas es que sea visto y crear un efecto en la audiencia. No estas jugando, ni haciendo actividades al azar o pueriles, ni rituales pseudo-religiosos que aspiran a ser intelectualmente de "mayor altura". No te aproveches de alguien que no es una audiencia diciendo que les vas a implicar, o que va a interactuar, es un truco muy usado ya.
Por último, y como añadido a estos puntos, comentar que para el taxonomista del performance art, la palabra espectáculo define por antítesis la posición política del artista de performance, que rechaza "venderse" o contribuir a la alienación que produce el arte tradicional o el de masas. Basado en una posición política coetánea a la de Kaprow expresada en textos como La sociedad del espectáculo de Guy Debord o de la Internacional Situacionista, o también en la posición de Deleuze y Guattari, nos parece que esa posición política corresponde a una realidad de hace cincuenta años y que en 2015 no sólo no ha lugar por carecer de efectividad política en la dirección que ellos dicen tener, sino que sirve al pensamiento contra el que dice oponerse, el del capitalismo –como señala por ejemplo Slavoj Žižek, y aunque pretendan lo contrario, está completamente asumida – alienada–por una economía de mercado y resignada a ello. Y además, muy lejos de la actitud de los años 60, se ha vuelto intolerante con el pluralismo, sea político o artístico.
Propongamos pues, una salida hacia adelante.
LRM Performance- Locus, Diciembre 2015